Se descubrió en Noruega en la primera generación de unos malamutes importados de Estados Unidos. Se caracteriza por una falta de coordinación y una inestabilidad, que comienza por el tren trasero. El perro al moverse parece un conejo, dando pequeños impulsos con las patas traseras. Caídas, intolerancia al ejercicio, pérdida de masa muscular, cambios en su voz debido a problemas en la laringe y dificultad al tragar son otros síntomas. Se establece de forma súbita entre los 6 meses y los 2 años, aunque había poca información debido en su mayor parte a la gran dificultad que suponía hacer un diagnóstico correcto. Dependiendo del grado de afección, unos perros mueren antes que otros.
Como la mayoría de las enfermedades hereditarias, es del tipo simple recesivo, por lo que si aparece un cachorro afectado, los padres son portadores. Recientemente varios propietarios y criadores con perros afectados se pusieron en contacto para comparar genealogías, experiencias en torno a la enfermedad de sus perros y finalmente, canalizaron el envío de muestras al laboratorio de la Dr. Merete Fredholm en Dinamarca.
Gracias a su valentía, hoy en día se ha hallado el marcador genético de esta terrible enfermedad y ya está disponible un sencillo test de ADN para saber con fiabilidad si un perro está afectado, es portador o está libre de la polineuropatía.
Hay una lista de certificados de ejemplares en la siguiente dirección: http://www.ampoly.info/INSTRUCCIONES PARA HACER EL TEST DE ADN