No afecta exclusivamente al malamute: cualquier perro puede ser susceptible de padecerlo. Hay una serie de características comunes en casi todos los casos:
- Afecta a perros mayores de 2 años
- Aproximadamente dos tercios son machos.
- Son perros grandes, con pecho profundo (como el malamute)
- Comen grandes cantidades de pienso seco y a continuación beben grandes cantidades de agua
- Suelen tener un historial de molestias gástricas
- Últimamente se ha encontrado una cierta predisposición genética
Es importante detectarlo a tiempo, porque suele ser mortal en un corto espacio de tiempo (horas). Los síntomas más frecuentes son: salivación y babeo excesivos, agitación y ansiedad, repetidos intentos por vomitar y defecar sin resultado, dolor abdominal, quejidos continuos, inquietud y que el perro se mira el abdomen.
El único tratamiento posible es quirúrgico. Por eso es muy recomendable seguir las siguientes medidas preventivas:
- Repartir la ración diaria en 2 ó 3 partes, y dárselas por separado a lo largo del día (como desayuno-cena o desayuno-comida-cena)
- Dejar agua disponible todo el tiempo excepto inmediatamente después de que coman.
- Se debe evitar que hagan ejercicio vigoroso o situaciones de estrés 1 hora antes y 2 horas después de las comidas
- Cualquier cambio en la dieta debe hacerse gradualmente
- No usar comederos elevados del suelo: antes se recomendaba para prevenirlo pero se ha encontrado que incrementa el riesgo.